El derecho penal ha progresado paralelamente a la sociedad para hacer que las leyes que promulgan sean lo más parecidas en cada época a lo que se considera justo y equiparable a los derechos humanos vigentes. Los DDHH como bien indican su nombre dignifican la condición del hombre como individuo y como colectivo. Si hacemos una valoración jurídica en términos de derecho comparado, nos encontramos con que los países de nuestro entorno permiten lo que ahora se plantea aquí como justa aportación al desarrollo en libertad de la vida de la mujer.
Así pues, la justicia ha tenido que entrontrar especialistas en aspectos morales y técnicos o relativos a la ciencia para una vez estudiados cada caso emitir leyes que engloben el análisis y las conclusiones de dichos expertos independientes. Con esto se logra alejar los resultados de los expertos a ciertos relativismos morales. Es decir, todo sistema legal hace equiparables delitos en magnitud de forma, y hace que además de justas, las penas sean de igual magnitud, ante distintas formas de quebrantar la ley. La ecuanimidad de la justicia, del derecho y de las leyes son la base de que la sociedad esté ordenada adecuadamente, pues todo el que vaya a violar una ley sabe la gravedad de su castigo fácilmente.
El error en el que incurrimos cuando no se tienen a la justicia, las leyes con su consecuente Código Penal y la política como bases morales de actuación, es el relativismo moral. Este relativismo moral se acentúa si la base de comparación son ideas religiosas basadas en creencias no científicas o éticas concretas, sino en opiniones personales o simplemente supersticiones. Cuando se emite un juicio de valor, basado en estas últimas posturas, terminamos por tener un sistema relativista, es decir ni justo ni ecuánime.
Es lo que está sucediendo con el caso de la campaña de desprestigio por parte de la Conferencia Episcopal contra la reforma de la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Hasta ahora, no se han dado motivos relativos a esta ley que criticar, solo se ha ido 30 años atrás para intentar volver a posturas preconstitucionales, en donde el aborto estaba reconocido como un delito. La realidad es que el texto que se está debatiendo abarca, de manera integral, cuestiones de salud sexual y reproductiva, implementando una serie de medidas sanitarias, preventivas y educativas, para evitar, en la medida de lo posible, la materialización de una situación que tiene una solución compleja.
¿Por qué se vuelve al relativismo moral? Han decidido amenazar, cual Tribunal de la Inquisición, con la excomunión a todo político católico que apoye la reforma de dicha Ley. Relativismo porque las penas que imponen contra otros pecados católicos, no se basan en la justicia, sino en la propia creencia del que opine sobre ellos, ya sean tribunales eclesiásticos o no. Así pues, podemos tener a individios condenados por delitos tipificados por el Código penal, como ya hemos visto casos de violadores, maltratadores, pederastas que procesen la religión católica que nunca serán excomulgados. Incluso a algunos que han jurado sus votos en la Iglesia que siguen en sus cargos. Sin embargo sí quieren excomulgar a individuos que no han incurrido en ningún delito tipificado, como es apoyar la reforma de una Ley.
Esta reforma que además se centra en poner más control y mejorar las condiciones de tener que efectuar la triste situación de un aborto. No para que aborte más gente, sino para que la mujer que llegue a esta decisión, lo haga en los plazos establecidos previamente por el comité científico, en una clínica que cumpla ciertas normas y sabiendo que nunca va a ser juzgada si cumple estas premisas legales.
Parece una situación anacrónica de la que le a va a costar salir a esta “Santa” Iglesia Apostólica y Romana sin perder algún adepto más.
Los que sois relativistas sois vosotros, en las creencias de que el aborto es un asesinato no existe ninguna relatividad: es , en términos absolutos un asesinato. No confundáis a la opinión publica con vuestros propios argumentos relativistas de que es una defensa a la mujer en, en ese momento subjetivo de su vida no puede tener un hijo.
Queda claro que tu opinión no se basa en la deliberación de ningún comite de expertos en el tema. Tus términos absolutos no se basan en ningúna razon bioética. Y no he dicho razones cientificas por si acaso respondías que confiabamos mas en la ciencia que en la moral.
En otro nivel de debate estariamos encantados de poder debatir contigo sobre la regulación que ahora sí estima los tiempos donde es posible un aborto que antes no estaban regularizados y había más desprotección para la paciente que sufre el aborto (siempre lo sufre, no es un derecho, si no un problema al que se le da una solución dramática) y del médico que lo tiene que asistir.
La LIVE no ha hecho más que normalizar lo que ya se producia de forma que haya más garantias de que no haya situaciones amorales.
Lo que es seguro que las supersticiones adjuntas a ninguna religión intercederán en las normas de convivencia del pais (las leyes), dado que este estado es aconfesional y se rige por lo que el parlamento vota. Todos los grupos politicos menos el PP votó la ley, en el Parlamento y en el Senado. Y eso nos debería de bastar en una democracia.
Un tal Manuel Rodriguez Leret que dice ser vuestro secretario de no se qué en Chamberí dice que el PSOE es fascista por no derogar la ley de Ammistía del año 1977, también dice que Rubalcaba es un fascista y un traidor por pactar con Rubalcaba. No entiendo mucho eso que dice.
Interesante que recuperes un artículo tan antiguo… En cualquier caso, te digo lo mismo que te escribí por facebook; andas algo desactualizado, aunque será un placer que estés al tanto de nuestras actividades a través de la web.
Un saludo.
Me han sorprendido los dos últimos comentarios por lo que voy a escribir aqui. Espero aclarar algunas confusiones.
En primer lugar, sí apoyo la derogación de la ley de Amnistía. Planteamiento criticado hasta por las JJSS en los años 70. Cito textualmente:
“Libertad, no amnistía
Para los socialistas tiene valor fundamental exigir la libertad de los presos politicos, de los represaliados sindicales y que no se puede hablar de amnistía porque connota el perdón a na culpa que nosotros no reconocemos. Por otra parte, cuando se habla de la necesidad de superar la guerra civil, nosotros no podemos jamás olvidar las responsabilidades de los que durante tantos años han mantenido oprimido al pueblo. No queremos revanchismos sino aplicación estricta de la justicia como garantía de la conquista de la democracia. No podemos hablar de perdón para los torturadores y para los torturados, como si fuesen delincuentes” Renovación 25 de mayo de 1975
Yo ya en julio de 2013 estaba fuera del país y no podía decir que fuese algo organicamente porque ya no pertenecía a la ejecutiva de las JJSS de Chamberi. De hecho, así lo reflejaba en algun artículo http://issuu.com/juventudessocialistasdetomelloso/docs/bolet__n_n__4_-_el_revolucionario__
En segundo lugar, las diferencias políticas hay que definirlas en los términos correctos. Nunca he dicho que las JJSS o el PSOE sea una organización “fascista”. El siguiente artículo lo escribí precisamente en ese sentido. No es lo mismo el PSOE que el PP. https://socialistasxlaizquierda.wordpress.com/2011/10/22/campana-ppsoe-%C2%BFa-quien-defiende-realmente/
Y lo último expuesto… en fin, es un poco extraño que uno pueda pactar consigo mismo. A no ser que la esquizofrenia afecte a niveles desbordantes.
Sin ser ya militante y desde el debate, les dejo.
Un saludo