JORGE ALONSO:
Muchas de las personas que en este país se consideran republicanas, y por tanto se definen como herederos de los valores de la II República Española, tienden a centrar cada vez más su atención en una serie de símbolos externos, que tienen un carácter más representativo que transcendental, olvidando muchas veces los verdaderos valores y actitudes que soportaban realmente el proyecto republicano. Así la mayoría de las manifestaciones de los que hoy se denominan republicanos se centran más en criticar la figura del jefe del estado o en reivindicar los viejos símbolos republicanos, como son la bandera tricolor o el Himno de Riego, que en revivir los auténticos valores que impulsaban las instituciones republicanas.
Sin embargo, y sin querer restar desde estas líneas valor a ninguna de estas demandas, en mi opinión, las diferencias fundamentales entre el régimen democrático actual y el régimen republicano no radican en una bandera o en un cargo institucional, que en la práctica no ostenta función alguna, si no en el conjunto de valores y principios que sustentan y movilizan a la sociedad y a las instituciones que la representan. Lo que fundamentaba a la II República, y con ella a toda la generación de españoles que vivieron y que en muchos casos murieron con ella, fue sobre todo una fe ilimitada en la capacidad de la humanidad para lograr a través de la vía democrática una nación donde los valores de la libertad, la igualdad y la solidaridad fueran los ejes articuladores de toda la acción política del estado.
Así, mientras que en el 31 las mentes más lucidas del país centraban sus esfuerzos en resolver problemas tales como la miseria y el hambre del jornalero, la superstición que oprimía a los pueblos o la epidemia de analfabetismo que asolaba el país, hoy centran sus esfuerzos en como poder convertir cualquier servicio público en un negocio, en lograr mantener a flote un sistema económico que es manifiestamente injusto e insostenible o en conseguir que el pueblo viva sometido al furor de unos medios de comunicación que lejos de educar parece que lo que buscan realmente es embrutecer a los ciudadan@s.
De esta manera, a la vergüenza que supone que muchas de aquellas personas que lucharon y murieron por defender la República aún sigan enterradas en fosas y cunetas como si de animales se tratara, se suma la ignominia de que una y otra vez sepultemos bajo la losa del olvido su legado. Es por eso que mientras que haya políticos que entiendan el servicio público como una vía de enriquecimiento personal, un quinto de la población española todavía viva por debajo del umbral de la pobreza o se siga tolerando entre otros muchos males, la degradación de nuestro entorno natural en beneficio de la especulación, no se hará mas que arrojar tierra sobre la memoria de aquellos hombres y mujeres.
Estoy convencido de que cuando seamos capaces de crear una sociedad plural, en la que el bien común (no olvidemos el origen etimológico de la república Res Publica) recupere el lugar central que le corresponde, que haga de la educación el pilar básico del estado y donde la lucha contra las injusticias y los desmanes se convierta en la principal prioridad de todos los servidores del estado, entonces y solo entonces, todas las demás cosas de las que hablábamos al principio de este artículo y que ahora algunos se empeñan en perseguir como si del Grial se tratara, vendrán por añadidura.
Mientras tanto y en el recuerdo emocionado de lo que fue y también de lo que pudo haber sido, solo nos queda decir;
¡Viva la II República!
ANGEL MARTÍNEZ
A los que nos atacan con una justicia retrograda ¡República! les digo,
A los que denigran la democracia y al poder político, ¡República! y más ¡República!, les repito.
¡República! grito, para los que quieren recortar derechos, o no dejar que se reconozcan otros.
¡República! ¡República! ¡República! Y a la Tercera, el Sueño será posible.
Salud y República.
SERGIO ROJO (“Roji”)
Próxima construcción: La República.
Los edificios se sostienen por pilares y este proyecto también tiene pilares en cada una de sus plantas, donde en la planta baja se colocan los pilares mas fuertes para sostener el edificio entero, estos pilares son el Progreso, el Laicismo y la Democracia.
Progreso: Donde por fin se deja atrás ese antiguo régimen, donde se terminan los privilegios de esas personas que desde la época medieval aun mantienen, privilegios que no permiten la igualdad ni mucho menos el avance democrático.
Laicismo: Por fin se terminaría esa mano que mueve a la sociedad como títeres, por fin la razón podría pensar y actuar libremente sin que una corporación le coaccione y donde cada ciudadano sea libre de elegir su condición.
Y por último Democracia: Donde el jefe del Estado por fin sea elegido, donde el merito le ponga en ese puesto y no donde por tradición se mantienen unos que representan la situación menos democrática. Este edificio día a día se ha de construir y nunca parar pues muchos países hace ya lo construyeron y nosotros también tenemos que hacerlo.
No hay dos sin tres.
Salud y República.
SANTIAGO GARCIA-CAZORLA
La II República fue una forma de gobierno instaurada por los ciudadan@s en 1931, y luego fue ratificada por la constitución de 1931 que dio esperanzas al pueblo y modernización a España. Se consiguieron muchos derechos para los trabajadores y trabajadoras, que más tarde el régimen dictatorial de Franco se encargaría de erradicar los mismos y perseguir a los que se opusieron.
En la actualidad España, tiene una monarquía constitucional. Unos pensaran que es una monarquía heredera del régimen y que no cambia; otros, que con la transición, la Monarquía consiguió la legitimidad necesaria tras la buena actuación del Rey con el Golpe de Estado del 23F de 1981, en ese momento conseguimos una victoria todos los demócratas. Me gustaría hacer una reflexión con lo que está pasando a día de hoy, cuando la democracia está ya consolidada. El Tribunal Supremo está dispuesto a sentar en el banquillo al Juez Garzón por investigar los crímenes de postguerra realizados por la dictadura Franquista, ¿qué está pasando?, nos preguntamos todos/as los demócratas y gente progresista, lo que ocurre es que hay gente que no quiere saber lo que pasó y tienen miedo de que se descubra toda la verdad.
Corremos el riesgo del revisionismo histórico, y tiene que quedar claro que la historia es la que es. No podemos permitirnos que sindicatos ultraderechistas como Manos Limpias y grupos políticos fascistas como Falange Española ganen esta batalla judicial, ya que sería peligroso para la democracia y para el Estado de Derecho. Esta semana conmemoramos en nuestro blog el día de la II República, algunos compañer@s estamos escribiendo artículos en homenaje a la misma. Fue una época en la que se vió truncado el progreso. Recordamos que la II República fue el progreso, nadie puede ser Rey ni por la gracia de Dios, ni heredar la Monarquía ya que ese derecho de ser Jefe de Estado lo debería tener todo el que quiera, y que sea votado democráticamente por los ciudadan@s. ¡
Viva la II República!. No hay dos sin tres.